martes, 6 de abril de 2010

CRÍTICA FINAL

Aldo Rossi (1932- 1997) arquitecto italiano, nació en Milán y estudió la carrera de arquitectura en la Escuela Politécnica de esa misma ciudad, donde se graduó en 1959.

“La arquitectura de la ciudad” es su obra más importante y apareció en 1966, su pretensión es la de entender siempre la arquitectura en relación a la Ciudad, a su gestión política, memoria, ordenanzas, trazado y estructura de la propiedad urbana. Rossi construye el sabio tejido del libro a partir de los diferentes puntos de vista desde los que puede contemplarse la ciudad: desde la antropología, la geografía, el arte, la novela, la economía y la política.

Los proyectos de arquitectura de Aldo Rossi de los siguientes años se dirigen a mostrar su teoría, a poner de manifiesto las consecuencias de su concepción arquitectónica y urbana. Su convencimiento fue siempre este: teoría y proyecto no son dos realidades distintas, “cuando proyectamos conocemos y cuando nos aproximamos a una teoría de la proyección, a la vez definimos una teoría de la arquitectura”.

Rossi recibió en 1990 el premio Pritzker por obras como el bloque en el Gallatarese milanés (1967-1974), por su ampliación del cementerio de Modena (1971-1984), o por su construcción flotante del Teatro del Mundo para la Bienal de Venecia de 1979.


El paradigma elegido para entender este libro ha sido su primer complejo de viviendas, diseñado para un barrio de la periferia de Milán, denominado Gallatarese. Se trata de dos edificios iguales, separados por un espacio estrecho. Para su autor la originalidad de este proyecto consistía sobre todo en que los dos edificios podían repetirse varias veces, sin que por ello el conjunto perdiese atractivo.

Sobre un eje longitudinal se despliega un cuerpo de 182 metros de largo por 12 metros de profundidad, elevado y aporticado. Se propone el despliegue de organización sobre el concepto de galería, como cita en su libro: “la casa con corredor interior es un esquema antiguo y presente en todas las casas urbanas que queramos analizar; un pasillo que da acceso a las habitaciones es un esquema necesario, pero son tantas y tales las variedades entre cada casa en cada época que realizan ese tipo que presentan entre ellas enormes diferencias”
Los pilares y las paredes tienen 20cm de espesor y cada 16 muros de soporte se ubican un grupo de escaleras. Las columnas se multiplican para agudizar la sistematización y la organización basada en la geometrización del espacio, y en la repetición.

La planta baja es libre, soporta las unidades habitacionales que se repiten sistemáticamente sobre los pilares de elevación variable. El bloque de disposición horizontal requiere una junta de dilatación que se demarca en forma acentuada dando origen a la disposición de un grupo de cuatro columnas cilíndricas de 1.80 metros de diámetro.


Rossi afirma en su libro: “La comodidad de cualquier edificio comprende tres objetos principales: su situación, su forma y la distribución de sus partes”

Una de las aportaciones clave que aparece en el texto es la consideración de los dos elementos básicos de la ciudad, los dos diferentes tipos de piezas que, según la clasificación aristotélica de esfera pública y esfera privada pueden establecerse. Por una parte, los monumentos, los elementos primarios, aquellos edificios o espacios públicos pertenecientes a la esfera pública, que crecen siempre puntualmente, que constituyen operaciones irrepetibles y que están promovidas por destacados esfuerzos colectivos, y por otra parte, las áreas residenciales, la vivienda, que crece siempre por áreas y que conforma el tejido básico de la ciudad.
Cada una de las tipologías arquitectónicas residenciales está pensada desde la lógica de la repetición. La esencia del tipo residencial genuino del siglo XIX son sus medianeras, aquellos muros ciegos que quedan a la espera de que una casa de similares características tipológicas se sitúe a su lado.
Así podemos definir nuestro paradigma como una parte de un área residencial, que también tiene un muro ciego a la espera de otro u otros edificios iguales, y el conjunto es lo que formará un área residencial en el barrio obrero de Gallaratese.

Aldo Rossi propone el uso instrumental de la tipología para el análisis y comprensión del hecho urbano, así como también para sustentar el proceso compositivo. Rossi cree en la permanencia de la forma, por lo tanto estudia los modelos que dentro de un contexto específico ofrecen constantes formales y los convierte en arquetipos. Trabaja con constantes arquitectónicas universales y permanentes que garantizan el éxito de las nuevas intervenciones. Se asemeja al artista clásico, avocado para siempre a la nostalgia por la belleza de los primeros modelos. El concepto de tipo se convierte en instrumento esencial, no sólo del análisis sino también del proyecto. La opción tipológica sirve tanto como base del momento analítico de la arquitectura, como instrumento del proceso proyectual. El concepto abstracto de tipo permite identificar pensamiento y proyecto.
Para Rossi, más allá del estilo, la justificación del edificio depende de unas leyes universales y permanentes.
En nuestro paradigma encontramos como el cambio de ritmo entre el espesor reducido de los pilares, las paredes portantes y la forma cilíndrica y monumental de los cuatro pilares centrales produce una ruptura tanto en la lectura como en la interpretación de las piezas enmarcadas de forma destacada.
En este edificio ha utilizado un proceso de descomposición y recomposición. Los edificios se componen de partes elementales que llama piezas. Cada pieza tiene una forma arquetípica que le es propia y que proviene de la historia.
Podemos observarlo en esta unidad residencial, lo que le da una condición atemporal al proyecto, unido a la ausencia de ornamento.
El edificio se puede comparar al David de Miguel Ángel, la desnudez del proyecto debido al desgaste del tiempo, como si éste hubiera borrado toda clase de adornos o elementos sobrantes.


Rossi también se interesaba por el teatro y aunque después se decidió por la arquitectura, se pueden ver en sus proyectos la intención de crear escenarios teatrales.
La arquitectura es la carga de los sentimientos de las generaciones, de los acontecimientos públicos, de las tragedias privadas, de los hechos nuevos y antiguos.
En el paradigma estudiado podemos observar este concepto, Rossi creó un escenario con espacios fríos y crudos, donde los habitantes, obreros, desarrollarían su vida como si fueran actores y el mundo consistiera en un gran teatro.

Como conclusión grupal, opinamos que para Aldo Rossi, la arquitectura de la ciudad es la clave de la interpretación correcta de la ciudad como estructura del espacio. Rossi estudia, clasifica y proyecta los edificios como partes relevantes para crear una mejor ciudad.
Su peculiar forma de ver y proyectar le ha llevado a ser un hito fundamental en la producción teórica sobre la arquitectura.

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